jueves, 4 de junio de 2009

A PROPÓSITO DE LA CATÁSTROFE DEL AIRBUS FRANCÉS...


 Viendo la nota de la Agencia de Noticias Pelota de Trapo - Edicion del 04/06/09,se me ocurrió transcribirla,pués tantos interrogantes sobre la desaparición y posible encuentro de restos del avión siniestrado pueden ,al leer este escrito comenzar a dilucidar el porqué de lo ocurrido...

Para reflexionar...:

Composición tema: ¿qué mundo queremos? 

03/06/09.............Por Oscar Taffetani(APe).- Pablo Dreyfus, hijo de un conocido publicista argentino, está entre las víctimas reportadas en la tragedia del Airbus 330-200 de Air France cuyos rastros se perdieron cuando volaba sobre el océano Atlántico, no muy lejos de las costas del Brasil.

Por los diarios nos enteramos del trabajo profesional y político de Pablo y de su esposa (la socióloga Ana Carolina Rodrigues, desaparecida con él) en favor de un mundo donde se fabriquen y vendan cada vez menos armas de fuego. Un mundo que tienda a construir puentes, en vez de muros. Un mundo inteligente y solidario, dedicado a buscar cada día, cada década, cada siglo, más equidad y más justicia.

Tal vez la más valiosa información sobre Pablo y Carolina que se ha publicado por estos días sea el mensaje de la propia ONG Viva Río, a la que ambos pertenecían. “Ustedes marcaron nuestras vidas para siempre 
-escribió el director ejecutivo Rubem Cesar Fernandes. (...) Tenían una honestidad más allá de los límites razonables (...) Viva Rio es lo que es gracias a ustedes, y ciertamente ya nunca más será lo mismo (...) Adiós, queridos".

La violencia armada suele ser, en la sociedad contemporánea, consecuencia de otro tipo de violencias, parejamente injustas y destructivas: la violencia del hambre, la violencia de la desigualdad, la de la exclusión...

Sin embargo, el tráfico de armas grandes y pequeñas (lo mismo que el tráfico de personas, el tráfico de drogas o la manipulación y corrupción de menores) imponen hoy sus propias reglas y su propia dialéctica de exterminio. Ya no son sólo efecto; también son causa.

Pablo y Carolina, con quienes seguramente tendríamos diferentes opiniones y matices en la interpretación de los hechos sociales, pertenecían a la saludable raza de quienes rechazan este mundo “inevitable” que el capitalismo ha construido. Por eso expresamos aquí, aunque de lejos, el dolor por esa pérdida.

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