


"En cuanto a los chicos,además de disfrazarlos para que lucieran sus vestidos ante familiares y amistades,su finalidad muchas veces consistía en presentarlos en los concursos de máscaras infantiles que organizaban los corsos."
"Las murgas eran totalmente distintas a las de ahora, tanto en la cantidad de componentes como en vestimentas, instrumentos musicales, excepto el bombo, y canciones.La cantidad de murguistas nunca superaba la docena de participantes y marchaban en fila india llevando, a su frente, como mascota, un chico vestido de director; luego le seguía el verdadero director. Ambos vestían pantalón, levita, galera alta, bastón, llevando largas melenas; Con el nombre de murga, los más chicos formaban pequeños grupos que usaban como vestimenta alguna ropa vieja; se colocaban sacos dado vuelta, se tiznaban las caras con corcho quemado, se ponían sombreros viejos y usaban como instrumentos musicales cacerolas a las que golpeaban con sus tapas. "

RECUERDO DE CARNAVAL...

Cada uno elegía su disfraz siempre asesoradas por mamá. En los días previos, no nos acostábamos a descansar en la siesta.Aprovechábamos ese tiempo para probarnos los moldes, luego los vestidos y más adelante los accesorios. Eran unos momentos muy especiales.
.Así fue como dimos vida a Hawaianas, Hadas, Bailarinas de Charlestón, Piratas, Hippies, Gitanas, etc.
Eran días maravillosos.Durante las siestas calurosas de esos febreros, en mi barrio se jugaba “al Carnaval”, a baldazos limpios y con las temibles bombitas. Sin habernos citado previamente, todos los chicos nos preparábamos para la batalla.Las mujeres contra los varones .
Nosotras queríamos que respeten las “reglas elementales” del juego, : “No tirar bombitas en la espalda”, y mucho mejor aún, “no tirar bombitas” ; esperar a que salgamos de la casa para mojarnos “no hacerlo dentro del jardín” donde estaba la canilla cargadora del líquido elemento; “no correr por la calle, solo jugar en la vereda”; “no tirar agua a la gente o a los chicos que estaban vestidos para salir” ; en fin muchas, muchas condiciones que garantizaban un sano esparcimiento. Lástima que cuando empezábamos a jugar…se nos borraban los recuerdos y se armaban unos líos enormes.Chicas contra varones en luchas implacables.De repente, por encima de los techos, o desde la terraza o asomándose por la ligustrina un adulto se incorporaba al juego, echándole un baldazo a la mamá o al papá de alguno de nosotros. Entre la sorpresa y el griterío se iniciaba un nuevo juego,.
De pronto era el vale todo, y muchas veces en el apuro cargábamos los baldes con el agua estancada de la calle que además de sucia estaba calentita.
Todo era muy divertido, sobre todo cuando jugábamos, chicos y grandes. Claro que también ocurrían otras cosas: alguna nena siempre lloraba, algún nene siempre se resbalaba en la calle, otros vecinos siempre protestaban porque era la hora de la siesta; en fin, el juego, el barrio.En determinado momento, vaya uno a saber como, el juego declinaba y todos entrábamos a nuestras casas. Al rato, se secaban los halles y se arreglaban los jardines y hasta se barrían las veredas, levantando los pedacitos de goma de colores de las bombitas. Todo quedaba en orden y en silencio.En ese momento, dentro de los hogares, comenzaban los chicos a bañarse y a tomar la leche para luego disfrazarse y salir a la vereda a continuar los festejos carnavaleros.
Recuerdo aún el momento maravilloso frente al espejo, cuando nos mirábamos vestidas en forma completa y definitiva, con el maquillaje según correspondiera y con el peinado elegido.Si todo estaba perfecto tomábamos los accesorios: boquillas con cigarrillos, espadas, panderetas, castañuelas, lo que correspondiera y al concluir esta ceremonia caminábamos por primera vez como nuestro personaje, como sabíamos que debíamos hacerlo.Mágicamente éramos otras.Y las tías, mi abuelo, y mis papás nos aplaudían contentos.Pero aún faltaba el momento más importante: salir a la vereda para que nos vieran los vecinos. Pasear por el barrio mostrándonos y más tarde ir, al club a jugar con papel picado y a desfilar en el escenario."
TIEMPOS FELICES...DISTENDIDOS, EL CARNAVAL EN LA NIÑEZ CON SU CARGAMENTO DE ILUSIONES Y FANTASÍAS...

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